En vacaciones nos relajamos, somos menos estrictos y menos exigentes con nosotros mismos. Nos levantamos más tarde, nos damos más caprichos…Y una de las cosas que sumo a esta lista, es que mi rutina en cuidados de belleza falla de más de lo que debería. Y por culpa de ésto, mi piel este septiembre no está como yo quisiera.

Nunca he sido de buen cutis, la verdad. Me encantaría tener una de esas pieles de porcelana, inmaculadas y perfectas, pero no es así. Tengo una piel mixta que me lleva a ambos extremos dependiendo del clima, mi estado de ánimo o incluso la alimentación. Además tengo pecas y un tono poco uniforme. Por ello intento cuidarme todo lo que puedo.

Para afrontar el verano me gusta ir a que me hagan una limpieza de cutis. Pero este año lo fui dejando y al final no lo hice. Y ésto sumado a todo lo anterior, tiene como resultado el «descontrol» que tengo este mes en el rostro.

Hace unos días, me acordé de un tónico que tenía guardado…